«La educación es una segunda existencia dada al hombre; es la vida moral, tan apreciable como la vida física».
Claude Saint-Simon.
La educación cognitiva es una de las mejores fórmulas para reducir nuestro instinto más primario, que sigue estando presente en todos nuestros comportamientos.
¿Qué significa cognitivo? (las diversas capacidades del ser humano) es aquello que pertenece o que está relacionado al conocimiento. Este, a su vez, es el cúmulo de información que se dispone gracias a un proceso de aprendizaje o a la experiencia.Representantes de dicha teoría son David Ausubel y Jerome Bruner.
Es complicado entender que el comportamiento egoísta, insolidario y manipulador, sea reflejo de nuestra irracionalidad primitiva que todavía perdura en nosotros, pues la supervivencia ha sido y sigue siendo una prioridad absoluta en todo ser vivo, empleando para ello métodos y estrategias cada vez más sofisticadas para sobrevivir. En la actualidad, algunas actuaciones son rechazadas por la sociedad.
En el reino animal existen numerosos ejemplos de lo comentado anteriormente, y nos dan una idea de cómo los comportamientos que calificamos de inaceptables es la normalidad en el mundo animal.
En el caso del cuco, un pájaro que su estrategia de vida ha sido poner los huevos en otro nido que no es el suyo, sus polluelos los cría un ave diferente. El pájaro que roba la comida en pleno vuelo, ahorrando esfuerzo en pescarlo. Los pingüinos roban los nidos de sus vecinos. Hay numerosas especies que tienen una fuerte jerarquía establecida, pues sin ella dejarían de existir. De este modo, se rigen por un líder que come primero y lo mejor, y, cuando está saciado, deja el resto para los demás, que irán comiendo según su estatus en el grupo, además de tener a todas las hembras a su disposición para perpetuar sus genes hasta que otro macho más fuerte lo sustituya. Animales temerosos de otros animales incluso de su misma especie, ya que está en juego sobrevivir.
A pesar de la lucha interna que el ser humano tiene que librar constantemente, ha demostrado que es el ser vivo más extraordinario que ha existido, demostrando en ocasiones una generosidad inaudita al ofrecer su propia vida en beneficio de los demás.
Todo lo mencionado anteriormente nos recuerda situaciones que estamos viendo todos los días en los telediarios. Personas que roban, las guerras, la lucha por el poder, cargar a otros con nuestras responsabilidades, el miedo a los que son diferentes, etc.
«Vivimos como en el pasado, como hace 50.000 años, dominados por las pasiones y por impulsos de bajo nivel. No estamos controlados por el componente cognitivo, sino por el componente emotivo; el agresivo, en particular» (Rita Levi, Premio Nobel Medicina 1986).
No creo que las personas sean malévolas, pero como he indicado en párrafos anteriores, la importante carga de irracionalidad —componente emotivo, y el agresivo, en particular— choca frontalmente con nuestra actual racionalidad «componente cognitivo». Esa lucha interna ha conseguido que la humanidad avance lentamente y se vayan creando sociedades más justas y tolerantes.
No me gusta la palabra prohibir, quiero sustituirla por educar. Para conseguir un equilibrio y caminar hacia una mejora del ser humano, necesitamos educación cognitiva en todos los ámbitos, así como mecanismos y leyes que impidan que las personas podamos tener actuaciones inadecuadas, evitando así sufrimiento y desigualdad en las sociedades. Todo ello ayudará a ser conscientes de lo que somos y lo que queremos como especie.
En el libro Tempo di azione Rita Levi (baldini castoldi dalai editore S.p.A. 2004) se habla de la educación cognitiva que hace del niño un «productor activo», y no un «consumidor pasivo» de formación. Si cambiamos la forma de educar a los niños, es decir, de enfrentarlos con la vida, quizá cambiaremos el mundo. Los métodos educativos tradicionales son absurdos. Debemos dar alas al genio que cada homo sapiens lleva dentro. Nuestra única esperanza consiste en actuar desde el principio, porque el niño lo percibe todo desde el primer año de vida.
La educación cognitiva es uno de los recursos más valiosos que poseemos, pues nos permite ser más tolerantes y solidarios, entendiendo que todos somos iguales y, al mismo tiempo, diferentes. Cuando comprendamos esto, la humanidad habrá dado un paso importantísimo en su lento viaje a la racionalidad.
Esta reflexión estaría incompleta si no hiciera mención a la educación emocional, que desarrollaré en otro artículo, pues ambas inteligencias deberán ir de la mano y ser incorporadas al aprendizaje de las personas desde muy temprana edad.
Si queremos una sociedad más justa, inevitablemente tendremos que mirar hacia la ciencia y la educación, que serán las encargadas de poner los cimientos de una existencia basada en el conocimiento, respeto a la individualidad, tolerancia y participación. Donde cada uno dé lo mejor de sí mismo, siendo evaluado según sus capacidades. Donde no haya competición, sino colaboración. Donde las inteligencias cognitiva y emocional sean asignaturas troncales. Una educación que no esté basada en el miedo y la sumisión.
Las personas son grandiosas y pueden crear o destruir; tengo esperanza, la bondad supera con creces a la maldad (por llamarla de alguna manera, pues no creo en ella), así que prefiero decir ignorancia o incapacidad para actuar correctamente.
Sé feliz.
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